domingo, enero 06, 2008

¿Y a dónde se fueron las mariposas?

Publicado por V. en 5:25 p. m.

¿Y a dónde se fueron las mariposas?


Es extraño lo mucho que he cambiado en el último tiempo. Poco queda de la niña dulce e inocente que nada sabía del mundo. Paulatinamente me he estado convirtiendo en una persona más sabia y segura de sí misma que ha descubierto que si se quiere, se puede. Hace no mucho tiempo, aseguraba que ciertas descepciones me habían arruinado la vida y que jamás podría olvidarlas. Hoy me doy cuenta que nada de eso es así, y poco a poco me he vuelto muy feliz. Sin embargo, no todo es perfecto. En mi proceso de aprendizaje y crecimiento he perdido algunas características que le daban un gustillo especial a la vida. Por ejemplo, recuerdo con nostalgia aquellos días en que la más mínima emoción me causaba esa sensación de mariposas en el estómago.

Si me gustaba alguien...mariposas.
Si una película era buena...mariposas.
Si me identificaba con una canción...mariposas.
Si un libro me parecía interesante...mariposas.
Si mi imaginación creaba mundos alternativos donde todo era color de rosa...mariposas.

Esas mariposas revoloteaban en mi estómago como las burbujas de una gaseosa recorren la garganta. Eran como un torbellino cálido y placentero que recorría mi cuerpo de pies a cabeza. El sólo recuerdo de su cosquilleo me hace sentir inmensamente feliz. Pero desde aquí a hace algún tiempo que las mariposas volaron lejos y no han vuelto más. ¿Qué puede ser más terrible que la pérdida de esa sensación tan única y especial?

Algunos me dicen que debo aceptar que mis días de niñez y adolescencia han quedado definitivamente a atrás. Y bueno, eso puedo aceptarlo por mucho que me aterrorice la idea de hacerme llamar "adulta". Pero perder el 'efecto mariposa' (que para mí nada tiene que ver con lo de causa-consecuencia) va mucho más allá de eso. Es perder el asombro por las cosas nuevas que se presentan, es perder la fascinación por lo desconocido...es como si ya nada se pudiese vivir por la primera vez. Y nada me puede parecer más deprimente.

Por eso, me resisto a creer que las mariposas han migrado para siempre. Estoy segura de que ellas siguen ahí, escondidas en algún rincón de mi estómago. Sólo se han quedado dormidas esperando que un agente externo venga y las reviva. El problema está en encontrar a ese agente...pero ya recordé la última vez que las mariposas revolotearon por ahí. Fue en mi primera presentación de flamenco, el año pasado. Lo recordé porque este año, mientras estaba sobre el escenario, pues noté que las mariposas ya no estaban ahí. Y me asusté.

Por eso, ahora busco experiencias nuevas que me permitan revivirlas aunque sea por unos breves instantes. Afortunadamente, este año se viene una bien grande: el famoso y anhelado "intercambio", que es sólo un gran título para denominar un sinnúmero de nuevas experiencias que se vienen por delante. Quiero ver, sentir, experimentar. Y como dije anteriormente, sin importar lo que haga, lo importante es pasarlo bien. Si tengo suerte, y si mis instintos me han aconsejado bien, este año una gran bandada de mariposas recorrerá mi guatita por un buen tiempo con variedad de especies y coloridos.

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