Mi vida es tan intensa. Cada día se me multiplica por 10, no porque el tiempo se haga eterno, sino porque en cada minuto vivo tantas cosas, ¡muchas más de las que sea posible vivir en un minuto! Mi lema actual es CARPE DIEM, o al menos eso intento. Es que aunque trato de no pensar mucho en lo que hago para no perder el tiempo pensando, esta cabecita porfiada no puede dejar de reflexionar. Una vida intensa se hace mucho más intensa cuando uno piensa...¡no puedo parar!
El día y la noche se hacen uno solo, un continuo andar de devenires, un continuo flujo de pensamientos। Los hay de todos tipos: pensamientos que marcan el día, a veces acompañados de sentimientos; a veces ideas locas que no sé de dónde vinieron, memorias rescatadas del baúl de los recuerdos y con ellas, de la mano, vienen penas y alegrías. A veces, en la noche, no puedo dormir de tanto pensar. Pensar e imaginar, claro, que no son la misma cosa. Porque aunque uno puede pensar en muchas cosas, se pueden imaginar muchas más. A veces mi imaginación me induce al sueño, y en el sueño confluyen y se funden todas estas cosas: pensamientos, memorias, imaginación y sentimientos.
Es extraño como vivo mi vida। Muchas veces siento que vivo más cosas en mi mente que en la vida real. Y al pensar en cosas como estas una serie de asociaciones neurológicas dan origen a muchas ideas más, y al estar consciente de este proceso metacognitivo siento que pienso aún más. Y si agregamos que hablo en cuatro lenguas, y que pienso en todas ellas las variaciones por cada pensamiento se multiplican aún más.
Yo pensaba que vivir a los 21 sería mucho más fácil. Una vida simple, sin complicaciones por andar pensando en esto ó aquello. Una vida donde los eventos se iban presentando uno a la vez, donde todo sería diversión y cero rigidez. Ya lo vez, me doy cuenta que estoy rimando. Verso a verso, mis palabras se van hilando.
Yo nunca pensé que los 21 serían tan intensos. Yo nunca pensé en vivir a los 21. Yo nunca pensé...
El día y la noche se hacen uno solo, un continuo andar de devenires, un continuo flujo de pensamientos। Los hay de todos tipos: pensamientos que marcan el día, a veces acompañados de sentimientos; a veces ideas locas que no sé de dónde vinieron, memorias rescatadas del baúl de los recuerdos y con ellas, de la mano, vienen penas y alegrías. A veces, en la noche, no puedo dormir de tanto pensar. Pensar e imaginar, claro, que no son la misma cosa. Porque aunque uno puede pensar en muchas cosas, se pueden imaginar muchas más. A veces mi imaginación me induce al sueño, y en el sueño confluyen y se funden todas estas cosas: pensamientos, memorias, imaginación y sentimientos.
Es extraño como vivo mi vida। Muchas veces siento que vivo más cosas en mi mente que en la vida real. Y al pensar en cosas como estas una serie de asociaciones neurológicas dan origen a muchas ideas más, y al estar consciente de este proceso metacognitivo siento que pienso aún más. Y si agregamos que hablo en cuatro lenguas, y que pienso en todas ellas las variaciones por cada pensamiento se multiplican aún más.
Yo pensaba que vivir a los 21 sería mucho más fácil. Una vida simple, sin complicaciones por andar pensando en esto ó aquello. Una vida donde los eventos se iban presentando uno a la vez, donde todo sería diversión y cero rigidez. Ya lo vez, me doy cuenta que estoy rimando. Verso a verso, mis palabras se van hilando.
Yo nunca pensé que los 21 serían tan intensos. Yo nunca pensé en vivir a los 21. Yo nunca pensé...
