miércoles, octubre 26, 2011

Magic Perfume

Publicado por V. en 8:56 p. m. 0 comentarios



What's that smell I smell on you?
Is it magic perfume?
'Cause I swear to God,
You smell just like Christmas
To me

Yeah, well you
Are my christmas tree
You mean everything to me
You mean everything to me

And you are my shooting star
If you shoot me in my heart
Then I'll fall apart

You pick me up when I am down
You pick me up off the ground

And I don't know if it's such a good idea
'Cause you're way down there and I'm way up here ya...
You have really long arms
So why don't you use them to hold me tight?


[By Charlyne Yi]

martes, octubre 25, 2011

Tire Swing

Publicado por V. en 10:57 a. m. 0 comentarios
[Extract]


'Cause I like to be gone most of the time
And you like to be home most of the time
If I stay in one place I lose my mind
I'm a pretty impossible lady to be with.

Now I'm home for less than twenty-four hours
That's hardly time to take a shower
Hug my family and take your picture off the wall
Check my email, write a song, and make a few phone calls
Before it's time to leave again
I've got one hand on the steering wheel
One waving out the window
If I'm a spinster for the rest of my life
My arms will keep me warm on cold and lonely nights


[By Kimya Dawson]

jueves, octubre 13, 2011

All I Wanted...

Publicado por V. en 8:12 p. m. 0 comentarios
To lay my head on your chest; hand in hand, shoulder to shoulder.
To let you enter my world, tender kisses, a warm caress.

[I wanted you to read my signs]
But then, I realised...you didn't want to join this dance.

So here I am, lonely and sad;
Dry tears hiding in my smile.

Sweet goodbye, my love.

lunes, octubre 10, 2011

Peace.

Publicado por V. en 6:47 a. m. 0 comentarios
I just didn't like who I was becoming. It simply didn't feel real.
I'm good now. No more angry monster inside me.

domingo, junio 05, 2011

Contacto

Publicado por V. en 7:19 p. m. 0 comentarios
Es increíble descubrir las vueltas de la vida. Han pasado varios meses desde mi último post, pero hoy vuelvo a escribir porque ha sucedido algo que realmente amerita ser registrado. Últimamente he estado quejándome de mi falta de inspiración y creatividad para redactar las miles de líneas que faltan para finalizar mi tesis. Sin embargo, hoy me es muy fácil dedicarle estas líneas a una de las personas más importantes en mi vida: mi papá.

Había sido otro de esos días bien ajetreados, corriendo de un lado a otro, la casa llena de gente, sirviendo invitados, tratando de no sucumbir ante el cansancio. Derrepente llamó papá: "Hija, quiero verte". No fue necesario pensarlo dos veces: "Ok, nos vemos".

Tras informarle a mis amigos que debían desalojar mi casa dentro de 15 minutos comencé a preguntarme cuándo había sido la última vez que lo había visto. ¿El funeral de mi abuelito?
Habían pasando unas cuantas semanas desde que había derramado grandes lagrimones en Buenos Aires, al leer un email en que mi papá me recordaba que se había cumplido un mes desde su muerte. Entonces decidí que ya era tiempo: había que retomar la vida.

Lo saludé ante las miradas curiosas de mis amigos, que disimuladamente buscaban el rostro del eterno padre "ausente". Me subí al coche y me concentré en disfrutar del momento.

"¿A dónde vamos?"
"No sé papá, hay un café al que siempre he querido ir...¿vamos?"

No pudo ser una conversación más banal y ligera la que acompañó el café. Hasta hablamos del error que había cometido el gobierno al encargarle el diseño de la imagen país a una empresa extranjera, que jamás lograría captar a la perfección nuestra intrincada idiosincrasia.
Afuera llovía a cántaros.

Regresamos al auto. Hubo una pausa incómoda. Rugió el motor del vehículo con la ignición. Nos alejamos silenciosamente de nuestro punto de encuentro.

Nos detuvo una luz roja. Papá rompió el silencio: "Hija, quiero hablar contigo". Las palabras que prosiguieron en su discurso fueron sin precedentes: mi padre lloraba rogando mi perdón por todos los errores que había cometido conmigo, por todo el dolor que me había causado, por su ausencia.

Y lo más curioso es que mi corazón no podía encontrar siquiera una cosa que hubiera que perdonar. Simplemente, mi corazón nunca guardó rencores. Le tomé la mano y lo miré a los ojos; nuestras almas se conectaron y nuestros labios hablaron de todo: desde el día en que decidió abandonar la casa, hasta el imaginario día en que me encaminaría hacia el altar en el día de mi boda.

"Hija, nadie ni nada nos obliga a ser perfectos ni a cumplir con las expectativas que otros tienen sobre uno. En mi eterna búsqueda por hacer felices a otros me olvidé de buscar mi propia felicidad. Por favor, no cometas mi mismo error."

Me sonreí de sólo pensar en lo parecidos que somos. Dos gotas de agua. Bien podrían ser esas mis palabras dentro de 30 años. Guardé ese consejo como un tesoro. Y yo que tanto me había quejado de la falta de consejo parental, y aquí estaba recibiendo una sobredosis.

"Lo mejor que puede pasarnos en la vida es equivocarnos. Errar nos hace humanos, errar nos ayuda a vivir. Darnos cuenta de nuestras propias limitaciones nos hace disfrutar de las cosas simples de la vida. Y al final son las cosas simples las que más importan, las que más nos hacen felices".

[Las cosas simples. Disfrutar de una sonrisa, cantar, bailar, reír, soñar. Simple. La felicidad es simple, es uno mismo quien lo hace complicado.]

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Es imposible poder registrar todas las palabras que intercambiamos, quizás porque tampoco quiero hacerlo. Las palabras de mi padre son mi tesoro, y yo sabré con quién compartirlas.
Sólo quisiera confesar mi eterna gratitud a la vida. Algunos lo llaman Dios, otros lo llaman Amor, pero sin importar Su Nombre siempre aparece en mis momento de máxima debilidad. Cuando pienso que ya no puedo más, ahí está para acompañarme y darme aliento: Dios, que es amor, se manifiesta a través de las personas que quiero, y que me aman, para darme fuerza. Así, nunca estoy sola.

[Una Conversación Con Mi Padre]

¿Podría estar más agradecida de las cosas simples de la vida?
 

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